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La fruta del tiempo

El olor de las mandarinas - I

El olor de las mandarinas - I Los aeropuertos desmerecen las despedidas. Los que emprenden vuelo aguardaban alejados de sus seres queridos ya antes de partir, perdidos entre las tiendas libres de impuestos y las puertas con nombre de habitación de hotel. Intentó distraerse paseando por los pasillos. Se le ofrecían ceniceros limpios y suelos encerados, vidrieras cuyo horizonte era atravesado por aviones tomando tierra. Le parecía estar en el interior de una enorme pecera. Dentro de un rato se colaría por una tubería cuyo desagüe le conduciría a Madrid, y temió ahogarse como un pez al que le han cosido las branquias.

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