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La fruta del tiempo

Icebergs - III

Icebergs - III Un témpano de hielo apareció entonces flotando en la corriente del Vistula. Se estremeció de frío con sólo pensar en su lenta agonía al deshacerse en un agua al límite de los cero grados centígrados, y volvió a rememorar Barcelona, donde el tiempo se le había ofrecido infinito como el mar de sus playas.

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