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La fruta del tiempo

Las estrellas fugaces - IV

Las estrellas fugaces - IV

-Lo tengo todo, es cierto.
Tengo una caja donde guardo los pendientes que ya no me pongo.


 

La Fruta del tiempo

Si pones un termómetro para marcar las páginas de un libro, el mercurio atrasará o adelantará según las sensaciones térmicas de tu lectura.

Andrejz y Eva acercaron sus labios para conocer la temperatura exacta el uno del otro.

Mientras la fruta maduraba ellos deshojaron la margarita de sus sueños en cada gajo de mandarina.

No hay mecanismo más asombroso que el corazón, pero tampoco tan impreciso.

Ediciones Baile del Sol